NOSTALGIA SPECTRUM
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miércoles, 8 de junio de 2011

HISTORIA. Sir Clive Sinclair (IV)

En la época moderna, la tecnología nos tiene acostumbrados a cambios rápidos y soprendentes. Lo que es una novedad, en poco tiempo se vuelve obsoleto, sucedido por dispositivios más avanzados y económicos, cuyo uso llega a extenderse de tal modo, que pareciera que siempre han sido una necesidad. De este fenómeno, Clive Sinclair supo darse cuenta, lo que hizo aplicar sus vastos conocimientos técnicos a la emergente industria de la electrónica. En los años 70, cualquier familia media podía disponer de un receptor de radio o, en menor grado, de televisión; algunos visionarios de la época imaginaban un futuro no muy lejano donde nuevos dispositivos formarían parte del acervo habitual de cualquier hogar u oficina.
Con la comercialización de los primeros microprocesadores, los aficionados a la electrónica comenzaban a idear rudimentarios microordenadores. Influenciados por el Altair 8800, una generación de californianos se reunía periódicamente al Homebrew Computer Club, en Silicon Valley, donde presentaban sus propias creaciones (te aconsejo que veas la película "Piratas de Silicon Valley", en la que se refleja algo sobre ésta época). Presentado inicialmente en forma de kit en la revista Popular Electronics (1975), el Altair era una máquina basada en palancas y luces, en vez de teclado y monitor, que, sin embargo presentaba una arquitectura que permitía añadirle circuitos de expansión. Puedes saber más sobre el Altair en la Wikipedia. Steve Jobs comprendió que el concepto de microordenador podía ser mucho más que un juego entre hackers y fanáticos de la electrónica; para ello, el ordenador debía venderse como un artículo de consumo, montado y listo para ser utilizado.

El Altair 8800 usaba el procesador 8080A de Intel

Apple II, diseñado por Steve Wozniak y concebido por Jobs, fue el primer microordenador construido a gran escala, llegando a muchos hogares y pequeñas oficinas. En poco tiempo, multitud de aplicaciones y periféricos estarían disponibles para esta máquina, pistas reveladoras del magnífico futuro que esperaba a la informática doméstica.
Estos sucesos no pasaron desapercibidos ni para Sinclair ni para sus socios de la NEB, quienes inmediatamente le propusieron crear un micoroordenador de similares características con el sello de Radionics.
Quizás debido a la imposibilidad de desarrollar, en aquel momento, un ordenador según la constante del más pequeño, más barato, Clive Sinclair no mostró demasiado interés en el NewBrain, cuyo diseño delegaría en  Mike Wakefield, para el hardware, y Basil Smith, para el software. Sus energías estaban centradas en su televisor de bolsillo, TV1A, cuya electrónica estaba modificando para hacerlo más eficiente, barato y competitivo en el mercado.
Sin embargo, Chris Curry llevaba un tiempo manteniendo conversaciones con Ian Williamson, empleado de Cambridge Consultants Ltd, quien tenía en mente un diseño que podría interesar a Science of Cambridge. Williamson estaba fuertemente influenciado por las revistas de electrónica provenientes de los EEUU, donde los microordenadores en forma de kit eran habituales; y sabía que esa corriente no tradaría en llegar al Reino unido. Curry acordó que Science of Cambridge proporcionaría los materiales necesarios para que Williamson desarrollase un prototipo de microordenador; que constaría del procesador SC/MP-2, habitualmente utilizado en los kits de las revistas americanas, así como memorias y componentes rescatados de la serie de calculadoras Sinclair Cambridge.
El prototipo de Williamson, tras un proceso de revisión del diseño por parte de National Semiconductors, pasaría  a comercializarse en junio de 1978 con el nombre de Microcomputer Kit 14 (MK14). Este producto, aparte de su relativo éxito en ventas, supuso una importante inyección económica para Science of Cambridge, debido a un ventajoso contrato de exclusividad firmado con National Semiconductors, fabricante del microprocesador SC/MP, especialmente interesado en aumentar su presencia en el mercado británico.

El MK 14

MK 14 no dejaba de ser una máquina experimental, cuyo público objetivo estaba formado por aficionados y estudiosos de la computación que deseaban conocer las bases de estas máquinas. Con un limitado teclado hexadecimal, una pantalla de ocho dígitos y 256 bytes de RAM, poco alcance operativo tenía respecto a un Apple II. Sin embargo, las consecuencias del desarrollo y lanzamiento del MK 14 para la industria de la informática doméstica del Reino Unido son incontables. Por una parte, sellaría definitivamente la orientación y destino de Science of Cambridge; por otra, conllevaría la creación de nuevas compañías británicas en el sector, algunas de las cuales perduran en la actualidad.
Las noticias del primer microordenador británico se recibieron con gran optimismo en la NEB, lo que debía suponer un impulso al NewBrain. Pero aquello no iba a ser posible en el seno de Radionics. Clive Sinclair no quería ni oir hablar de un ordenador cuyo precio superase las cien libras (las máquinas de entonces solían rondar entre las 400 y 700 libras. Por contra el MK 14 costaba 40 libras), lo que le supondría un insalvable punto de fricción con Hewitt, quien no tardó en dimitir de su puesto en Radionics.
El otro abandono vendría por parte de Curry, quien deseaba continuar la línea del MK 14. En realidad, el contrato firmado con National Semiconductor, en perjuicio de Williamson, dejaba las cuestiones de diseño y producción en manos de los americanos, puesto que obligaba al uso exclusivo de componentes de aquella compañía. Aún trabajando para Sinclair, en diciembre de 1978 fundaría Cambridge Processor Unit Limited (CPU), para independizarse definitivamente en marzo del año siguiente para formar Acorn Computers.
Mientras tanto, Radionics no conseguía lanzar al mercado productos que le supusieran ingresos notables que corregir su tendencia negativa. Tan sólo se salvaba la línea de polímetros y osciloscopios. Los demás lanzamientos, uno tras otro, resultaron económicamente infructuosos; desde la primera calculadora de la era Sinclair-NEB, la Enterprise (este nombre era un claro guiño a la nueva situación empresarial de la compañía), hasta la Enterprise Programable.
El final de Radionics vendría con la nueva versión del Microvision en el que Sinclair había estado trabajando, el TV-1B. A pesar de costar un tercio que su predecesor, no generó los sufcientes ingresos; motivo que llevó a la NEB a tomar medidas al respecto. En julio de 1979, Clive Sinclair recibe una indemnización a cambio de abandonar la compañía.
La desmembración de Radionics sería cuestión de tiempo. Así los derechos sobre el desarrollo y producción de calculadoras son vendidos a Binatone Electronics; el proyecto NewBrain pasa a manos de Newbury Labs, otra compañía de la NEB; y la división de polímetros se convierte en una compañía estatal llamada Sinclair Electronics, aunque ya no tendría nada que ver con su homónimo. Años después sería privatizada, cambiando nuevamente de nombre. Aún existe Thurlby Thandar Instruments Limited, potente compañía de equipos de medición heredera de Thandar Electronics, nombre que recibiría Sinclair Electronics en 1980.